Esta entrada al blog -¡qué milagro, después de tanto tiempo!- marca el inicio de una nueva serie, en que daré una vista retrospectiva a varios compositores, proyectos, aventuras musicales. Son todos vídeos de interpretaciones en vivo. Mis comentarios se encuentran aquí en este blog. De manera paralela, subiremos las ligas de YouTube y Vimeo a Facebook e Instagram; y las giro por correo para no dejar fuera a amigos y fans que no están habilitados en redes.
Va un buen rato que varias personas me han instado a que hiciera esto y de alguna forma nunca me interesó. Ahora, quién sabe porqué, lo quiero hacer.
Parece particularmente adecuado dar inicio a esta serie con la hermosa, misteriosa y tierna für Eloísa de Jack Fortner (EUA, 1935-2020), quien se nos adelantó el 26 de junio del 2020, hace casi tres años.
Yo llegué a México y a Guanajuato, como muchos saben, en agosto del 1999 como becaria Fulbright-García Robles (Fulbright Senior Scholar). Mi proyecto de beca fue de “desarrollar un repertorio de música contemporánea de concierto de México para su difusión posterior en Estados Unidos”. En realidad, esto es lo que sigo haciendo, con mucho regocijo.
En el 2000, después de pensarlo mucho y con mi proyecto de beca ya liberado, decidí quedarme en México “otro rato más”. Un rato que sigue extendiéndose …
En el 2015 yo iba a cumplir 15 años pos-Fulbright García-Robles en México: una suerte de quinceañera musical. Propuse al Festival Internacional Cervantino un concierto festejando esos 15 años, a través de algunas piezas que marcaron ese lapso con su presencia en mi vida y en mi corazón, en mis dedos y en mis giras artísticas. Puse por título a este concierto Exposición / ReExposición (Expo /ReExpo). Algunas de las piezas vinieron de mis dos proyectos de encargo y grabación: “Rumor de Páramo” y “Canto de la Monarca: Mujeres en México”. Algunas otras fueron obras con que simplemente me enamoré, de alguna forma u otra. Entre estas piezas, Für Eloísa de Jack Fortner (1935- tiene un lugar seguro en mi corazón. Como explica el compositor en su nota sobre la pieza, fue compuesta en el año 1993 para una Eloísa mexicana y más moderna: Eloísa Almazán Márquez de Xalapa, México, la esposa de el gran violista y docente Enrique Márquez.
Hay un buen de historia aquí, que me remonta al momento de conocer a Jack Fortner en el otoño del 1998 en California, siguiendo la sugerencia del compositor mexicano Ramón Montes de Oca, que también se convertiría en entrañable amigo; al mismo tiempo que me alistaba para lanzar mi primera producción discográfica. ¡Pero esto tendrá que aguardar otro blog! Por el momento, basta decir que en el 2002, 12 años antes de Expo/ReExpo, organicé una mini-residencia musical en la Universidad Estatal de California en Fresno, donde Jack Fortner era catedrático. Gracias al apoyo de CONACULTA (ahora la Secretaría de Cultura) vinieron a participar dos grandes compositores mexicanos: Federico Ibarra y Arturo Márquez. Como se puede imaginar, la convivencia musical entre Ibarra, Márquez y Fortner fue de maravilla. En el concierto de clausura toqué la dramática y poderosa "Sonata #3 Madre Juana" de Ibarra, la virtuosística y bella "Días de Mar y Río" de Márquez … y esta hermosura: "für Eloísa" de Fortner.
En mi nota sobre la pieza de Fortner escribí:
“Entre un clamor de sonidos a históricos escritos para el piano -por ninguna otra razón, a veces parece, que sus capacidades polifónicas y
de pianoforte- für Eloísa es un atesorable ejemplo de una escritura para mi instrumento que es mozartiana en su manera de aprovechar la delicadeza y la finura del piano, su capacidad de evanescencia y sutileza.”
La nota del propio compositor dice:
“für Eloísa fue compuesta en el otoño del 1993, durante un viaje a Europa. Su génesis surgió de una exquisita interpretación por el contrabajista Bert Turetzky de un tema de los Beatles en un festival de música nueva; más un deseo largamente acariciado de componer una pieza no-virtuosística para piano solo, consistiendo principalmente de una sola línea melódica. Esto fue tal vez como antídoto a la obra de F. Liszt pero también con la interpretación de Turetzky alojada en mi memoria. La razón más inmediata fue de hacer un pequeño obsequio para mi gran amigo el pianista Enrique Márquez, radicado en Xalapa, México. A él le encanta la música de Liszt, de manera que la tentación resultó imposible de resistir. La pieza está dedicada a la mujer de Enrique, que se llama Eloísa … de allí el título. Incrustada en esta pequeña pieza es una cita del conocido bonbón de
Beethoven de Bonn, y la estructura global es una paráfrasis del primer compás de una pieza bastante más tarde, de linaje alemán, que tuvo su
première en 1859. für Eloísa se estrenó en Ryasan, Rusia, por el pianista Hannes Sontag.”