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2012-02-25 ...SEGUIMIENTO
2012-02-27

Pues eso siempre es lo más difícil y lo más aburrido, ¿verdad? El seguimiento.

 

Estrella sigue siguiendo. La mandaron a casa a comer y a recuperar y en efecto, esto es lo que está haciendo. Sigue comiendo y eliminando de manera normal, después de los primeros dos días en que, creo, todavía tenía sus tripas revueltas, la pobre. Así que en cierto sentido hay poco que contar: sigue recuperando, cada día está más fuerte. Es asombrosa como Azabacha parece entender que no hay que jugar con Estrella. Normalmente, en lo que yo llamo lucha libre canina, juegan bastante fuerte. Últimamente, nada de eso. Se nota que Azabacha lo extraña muchísimo y está un poco sacada de onda … pero comprende, y ni siquiera lo intenta.

 

Bueno, en cuanto a la OSUG. Anoche el programa fue una orquestación por Carlos Vidaurri de unas canciones (con letra en Náhuatl) de Salvador Moreno (1916-1999), pintor mexicano y -de acuerdo con las costumbres de anteriores épocas- también compositor: me gustó mucho la orquestación, es una faceta hasta la fecha desconocida (al menos por su servilleta) de Vidaurri. Lo que conozco de su música para la voz me ha gustado mucho. Sigo creyendo que quien puede componer bien para la voz puede con todo, una vez que puedas hacer eso lo después es sólo cuestión de interés y de técnica.

 

Luego la suite de El Amor brujo. ¿Qué decir, carajo? Es Manuel de Falla. No hay tiempo para abundar ahora … baste decir que en su plática preconcierto, Trigos comentó algo sobre la cuestión de la música folclórica y su incorporación en la música de concierto … habrá mucho más que hablar sobre ese asunto pero por lo pronto lo que dijo, y lo que después escuché, me puso en mente de algo que escribió Rodolfo Halffter acerca de Manuel de Falla (no localizo la fuente de esta cita en este momento pero proviene de una biografía de Halffter editada, si sirve la memoria, por conaculta): “Don Manuel había logrado la renovación del lenguaje al extraer e incorporar a su arte las esencias de nuestra música popular …”

 

Y después, la primera sinfonía de Sibelius. Arquitectura. Affekt. Fue muy claro que Trigos había pensado y repensado esta obra; que inclusive, quizá había pedido a la orquesta que lo hiciera. En el primer movimiento, el retorno al material original -la re-exposición- a mi oído fue maravillosamente bien concebido: un pianississimo (muy pero muy poco sonido) en la cuerda y emergiendo de ése, el clarinete algo así como lo habíamos escuchado al inicio, tan solito, tan líquido … pero (como siempre digo en mi explicación exprés de la forma Sonata) algo cambiado por lo que ha vivido mientras. ¡¡Muy bien!! En cuanto a arquitectura el movimiento Lento no es nada fácil. De haber un momento en que sentí que flaqueó un poco la arquitectura sería en el Lento. Pero bueno, no fue para tanto; y el Scherzo (chido que Juan Trigos explicó en su charla que en italiano quiere decir broma) fue una delicia, y el Finale quasi una Fantasía sí, una Fantasía en que nos remontamos, de manera parafraseada, a motivos, ideas y Affekts de los otros movimientos. Fácil aquí también que se desmoronara; pero no: resultó coherente y contundente. Nos mostró porque Sibelius tiene tanto renombre como sinfonista; incluso me dio ganas de escuchar esta Sinfonía, en esta interpretación, otra vez. ¡¡BRAVO!!

Hace dos semanas, como aquí anoté, hubo ese concierto de veras milagroso, el primero con Juan Trigos, flamante titular de la OSUG. Vuelvo a repitir, es el titular –digo, no algún título inventado como Permanente Director Huésped y Asesor en Sadismo—. Lógicamente después de un concierto tal, uno se puede preguntar, A ver, ¿cómo vamos a seguir? Todavía es muy temprano, pero sí puedo decir que la OSUG, a mi oído, se escucha como si se escuchara a sí misma; que su sonido sigue siendo más redondo y cariñoso, más escuchado en el sentido de un músico que quiere escucharse a sí mismo porque tiene ganas de que salga muy bien. (Que también implica paciencia y fe … pero eso será otro blog … ) Quizá más que nada –y esto para mí es algo importantísimo- de repente la OSUG parece capaz, colectivamente, de producir algo que se acerca a un verdadero pianississimo .

De manera que en este concierto bueno, no fue exactamente seguimiento … más bien evolución. Y sigue siendo algo muy agradable. Repito, por lo pronto parece que será un enorme placer volver a asistir a estos conciertos.

En cuanto al seguimiento profesional … estuve pensando, esta semana, después de hacer varios telefonazos y correos de seguimiento … estuve pensando, digo, en lo que me dijo alguna vez una querida y respetada colega de Teatro: “Calculo que paso el 65% de mi tiempo con gestión.” Sip, yo también.

Y déjenme decirles, es una batalla campal entre la parte del coco que ocupo al piano y la parte que uso para decir “Muy buenas tardes, señorita Fulana, ¿no se encuentra Su Excelencia Mengano el director del Festival Tal?” Después de varios encuentros esta semana con el Festival Tal, pensé, Carajo, a esta amablísima señorita se le paga su tiempo haciéndose la Gorgona de su jefe, lo cual a mí me obliga a hacer innumerables llamadas telefónicas … y a mí, para el tiempo que gasto en esa tarea –de no mencionar la energía mental, que es cuestión infinitamente más cabrona— a mí nadie me paga absolutamente nada. Y fíjanse –lo digo como un dato, no en plan narcisista— que yo no soy una cualquiera.

Advertencia, desahogo en camino. Va: El hecho, señorita Gorgona, es que usted se formó –al menos eso me supongo— para hacer esta tarea: contestar amablemente el teléfono, tomar recados a veces complicados, cosas por el estilo. Y por lo tanto, a usted, señorita G, le pagan. O sea, usted lleva su quincena, puntualmente cada quince días. A mí, en cambio, nadie me paga por hacer este trabajo. Que no debe de sorprender a nadie, porque no hay nada en mi formación profesional que me preparó para hacer esto. El hecho de que lo hago, y con algo de éxito, no se debe a mi formación como promotora cultural porque no lo soy. Soy intérprete. Toco el piano. Hago que sonidos hermosos florezcan en el aire, misteriosamente materializando belleza de esas manchitas negras en la página. Que yo me llevo bien telefónica y epistolariamente con usted y con incontables otras Gorgonas y Gorgones, se debe únicamente a mi deseo de no incrementar la cantidad neta de energía negativa en el universo.

Se puede preguntar, Pues si es algo tan común, ¿porqué siquiera mencionarlo? Es una pregunta legítima. En el sentido de que uno no debe pasar más tiempo que lo estrictamente necesario con algo desagradable, y a sabiendas de que esta situación es completamente rutinaria para mucha de la comunidad artística de este país y muchos otros (y en México las cosas no son ni la mitad de lo difícil que en otros países, créenmelo colegas) … ¿porqué? Porque quisiera apuntar que no se vale. Cuando la señorita Gorgona nos da largas, pues que sepa, por favor, que en el transcurso de su trabajo remunerado está subiendo al 70 o 80% la parte de mi propia labor que no es remunerada. Y que además es una chupa-energías brutal de lo que es mi trabajo verdadero. He dicho.
 

Ni modo; seguimos, seguimos siguiéndole. Como Estrella con su tenaz deseo de vivir. Y vuelvo al piano y a mi verdadero trabajo; convivo con amigos y con mis seres queridos. ¡Porque de otra manera la vida sería de veras aburrida!

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