Respuesta al artículo publicado el 8 de septiembre 2014 en la revista digital www.avenidadigital30 por Nancy Rodríguez con el título Se espera elección del nuevo Director de la Orquesta Sinfónica de Guanajuato
http://www.avenidadigital30.com/se-espera-eleccion-del-nuevo-director-de-la-orquesta-sinfonica-de-guanajuato/
Antes que nada gracias a Nancy Rodríguez por escribir su artículo, y a avenidadigital30 por publicarlo. Qué bien la manera en que destaca las incontables horas de labor, en su mayoría invisibles, que preceden lo que vemos en el escenario, no solo de los instrumentistas sino del director.
Sin embargo: Yo añadiría también el trabajo de los tramoyistas, del bibliotecario, de la secre, de TODOS, porque esto sí que es un trabajo en equipo: falta tan solo uno de estos elementos y difícilmente se lleva a cabo el concierto.
Además: Con cara de juat pregunto porqué se comenta, en este artículo, siguen los cuchicheos del porqué se originó esta renuncia cuando la larga lista de razones se da con total claridad en la carta que el Maestro Trigos compartió con la prensa el día de renunciar su cargo.
Primero comento una sola aseveración de la Mtra Rodríguez con que no estoy de acuerdo; y luego me permito agregar cuatro logros –entre los muchos de los casi tres años pasados-- que por alguna razón no se mencionaron.
Primero, discrepo de lo que la Maestra Nancy Rodríguez dice de la programación de Trigos. La autora habla de mezclar “de manera atinada, tanto el repertorio tradicional, como el contemporáneo, es necesario presentarlo ante los oídos de los melómanos, pero sin olvidar de cuando en cuando aquellas obras que tanto gustan, que son preferidas por su popularidad o por su belleza.” … y sigue, “Quizá esto último fue olvidado por el maestro Trigos, amante de la música contemporánea y no tan amigo de la música clásica o nacionalista, o de otros periodos musicales.”
Perdóname, pero de ninguna manera. Si uno examinara los programas de mano de la OSUG de los pasados tres años estoy segura que se vería una programación no sólo equilibrada entre piezas nuevas y las del repertorio, sino muy bien concebida, con hilos conectores entre las piezas tanto convincentes como conmovedores. ¿De dónde sale esta noción de que Juan Trigos es “no tan amigo de la música clásica o nacionalista, o de otros periodos musicales”? Yo nunca le escuché decir nada de esta talante. ¿Será porque es compositor? Somos la Atenas de por acá, Ibargúengoitia dixit.
Y además, aún si fuese cierto que el Maestro Trigos programara más música nueva que del repertorio, ¿qué más da? Esta nueva creación es tanto parte de nuestro patrimonio como las Sinfonías de Beethoven o de Chávez.
En cambio, la programación del anterior director de tiempo muy parcial, el Mtro Enrique Bátiz Campbell, parecía ser un permanente reciclaje de piezas del canon –además mal dirigidas, en mi humilde opinión-- y fue cada vez más una fuente de quejas por parte del público. El renovado entusiasmo de los escuchas, palpable en el primer concierto que dirigió Juan Trigos a inicios del 2012, da fe de cuánta esperanza había acerca de este nuevo capítulo en la vida de nuestra Orquesta Sinfónica. Una esperanza que triste e innecesariamente, ahora ha quedado segada.
Y yo digo “nuestra” Orquesta Sinfónica porque –alineada con la referencia que hace la Mtra Nancy Rodríguez al “bien de la cultura de Guanajuato” – quiero reiterar que debemos de pensar en la cultura como la salud pública, igual de importante como la seguridad. No se dejen engañar, queridos lectores: esta orquesta, construida y desarrollada con tanta labor durante sus 60 años de vida -que por cierto festejamos el año pasado con Juan Trigos en el podio- es parte medular de nuestra colectiva salud mental, emocional y social.
¿Todavía están conmigo? Vamos. Agrego al recital de los logros de nuestra OSUG con el Maestro Juan Trigos las siguientes cuatro cosas:
Primero, la obtención del apoyo de Conaculta e Inba mediante la beca del EPRO-Música (Estímulos a la Producción Nacional-Música) para el encargo y grabación de obras de compositores mexicanos. La primera producción discográfica –de TRIPLE disco, queridos lectores- ya está y sólo falta presentarlo y meterlo en las tiendas. Y por cierto, ¿porqué no una orgullosa presentación aquí en Guanajuato además de en la capital, para que los músicos de nuestra Orquesta puedan gozar de esta joya? Ojo, aquí el chisme: para la segunda grabación, tengo entendido, sí se logró localizar el recurso federal que se entregó y que después no se pudo encontrar en nuestra Casa de Estudios, creo que esta grabación ya está pagada y no sé qué es el siguiente paso; pero allí está, ¡¡¡YUPIIIII!!!
Segundo, la práctica de abrir la puerta a los principales –y otros- de nuestra Sinfónica, a que tocaran concerti como solistas: algo que se hace en cualquier otra orquesta de categoría a nivel mundial pero que apenas se había emprendido en la época de José Luis Castillo y luego abandonado con el Mtro EBC. Los resultados han sido extraordinarios, tanto en cuanto al moral de la agrupación como en el entusiasmo del público. Por no mencionar lo que viene en primer lugar: la calidad musical de la interpretación.
Tercero, el instituir el ciclo de conciertos Solistas de la OSUG, en que varios ensambles de música de cámara se presentan. Es en este contexto, el más expuesto y exigente imaginable –un músico a cada parte y sin director, según una de las definiciones canónicas de la música de cámara- que se puede apreciar los dones de estos integrantes de nuestra orquesta. Y son impresionantes.
Cuarto y final: Mencioné al inicio que lo de cualquier orquesta es un trabajo en equipo. A mí me llama mucha la atención que poco después de entrar el Maestro Trigos, los auxiliares técnicos –o sea, los tramoyistas- entraban al escenario vestidos de traje con corbata. Juro que estos señores, muchas veces tratados como si apenas fueran visibles –excepto cuando se necesitaba de sus músculos- ahora se portan con mayor orgullo. No se dejen engañar: otro logro que tiene más que un poco que ver con nuestra colectiva salud mental.
En cuanto a los “sinfónicos” que se citaron en el artículo: por un lado, qué bien que se decidió hacerlo. Por otro lado, creo que la autora podría haber pensado mejor su elección de entrevistados. ¡La segunda persona entrevistada ahora ni siquiera pertenece a la OSUG! Obviamente tiene todo el derecho de opinar sobre la orquesta, pero no, por favor, como integrante. A mi ver hay otros que pudieran haber comentado de manera considerablemente más propositiva y con mucho menos cinismo. El triste hecho es que hay atrilistas que en su vida no encuentran ni una sola cosa positiva que decir de un director, aunque fuese Furtwängler o Toscanini.