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SE ACABÓ LA GIRA (2019) Renée Bouthot
2022-12-21 13:26:38

El vestido sale de su bolsa de viaje, para lavarse o -con menos frecuencia- ir a la tintorería. Las demás prendas, a la bolsa de ropa para lavar. Los zapatos -esos monísimos zapatos que compré en Toronto (¡en oferta! ¡hechos en Brasil!) porque había olvidado poner los zapatos de concierto en mi maleta (ntp, yo ya sabía que tendría que remplazar esos zapatos al poco rato …) van de vuelta al armario. El pequeño kit de maquillaje, al entrepaño de abajo en el baño.

La música sale de mi mochila de conciertos y va de vuelta al piano. De allí, al rato se archivará en mi biblioteca de partituras. Pero no todavía, de alguna manera. Me supongo que la demora tiene que ver con el aceptar que se acabó, al menos por ahora. Por lo pronto, esa música sigue sobre el atril del piano.

Se acabó la gira.

La música de ensamble de este programa que diseñamos juntas fue Fêtes Galantes (Fiestas galanes) de Debussy (el primer libro), la magnífica musicalización que hizo Federico Ibarra (México, 1946) de Tres poemas de Federico Lorca y el igualmente magnífico ciclo Tel jour, telle nuit (Tal día, tal noche) de Francis Poulenc sobre poemas de Paul Éluard.

Yo interpreté cuatro piezas para piano solo: el cuarto Prélude de Debussy, del primer libro, inspirado en una frase del poema de Baudelaire Harmonie du soir (Harmonía del atardecer) Les sons et les parfums tournent dans l’air du soir; el primero y el último de sus Études, Pour les cinq doigts and Pour les accords ; y la espléndida pieza que Horacio Uribe me hizo el gran honor de componer para Canto de la Monarca, El viaje nocturne de Quetzalpapálotl. Hace unos pocos minutos, fui al piano y toqué todas las cuatro … porque las extrañaba. Mi cuerpo las extrañaba, mis oídos les extrañaba; mi alma les extrañaba.

¡Extraño la voz de Renée cantando Ibarra y Poulenc y Debussy!

Se acabó la gira.  Ya sea fuera del país, fuera del estado, o tan solo con varios conciertos aquí merito en mi ciudad… se acabó la gira. Heme en casa ahora, con todo lo que eso implica para el retorno a cierta rutina.

Pero la música -fuera una serie de conciertos como solista o una de colaboraciones- sigue viva en mis oídos. Mi cuerpo, en toda una misteriosa serie de maneras, sigue moviéndose a sus ritmos. Mi ser entero sigue tocando esa música en tiempo real.

Todo cuanto intérprete -ya sea músico, bailarín o actor, y sin referencia al género artístico- sabe de lo que hablo. Cuando tú vives tan intensamente con algo, ya no estás viviendo CON la cosa, estás VIVIENDO la cosa. Tú y la música se habitan y se sostienen mutuamente.

Ese momento de “la gira se acabó” puede ser una transición desafiante. Es una versión a menos escala de terminar una producción discográfica, con todo su depre pos-parto. ¿Y ahora qué? ¿A dónde me dirijo? Y moviéndose inquietamente por abajo, algo así como, ¿Y ahora cómo compruebo mi valor?

Este año, he tenido la bendición de vivir dos maravillosas colaboraciones: con este nuevo ensamble de cámara Chimalma; y con la magnífica soprano canadiense Renée Bouthot.